Cita a Ciegas

MABEL GARCí–A · MELVILLE - NEW YORK 

El otro día estaba cenando en el restaurante de un hotel, cuando en medio de la velada romántica, al camarero se le derramó accidentalmente parte de nuestra botella de Pingus 2004. Enseguida me trajo una gaseosa para quitar la mancha del vestido. El pobre estaba tan nervioso que entorpecía más que ayudaba. Hice un pacto con él. Me daría un trapo limpio y yo ya me encargaría de todo. Mientras, mi acompañante se reía escandalosamente, y yo no estaba para risas, así pues le dije que pidiera la cuenta mientras iba al baño a intentar arreglar el desastre. Cuando regresé, el desgraciado había dejado el recibo ahí, encima de la mesa y se había marchado sin pagar, y obviamente sin despedirse. ¡Espero que el golfo sea abogado como dijo, porque así se defenderá él mismo cuando lo lleve al banquillo de los acusados por abusador y estafador!

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión