Y entonces quizás…

José Delclaux Abad · Las Matas (Madrid) 

A ver si le convenzo a Pepe para que deje de apostar al fútbol y se dedique a las carreras de caballos. Que se tiña el pelo y mire por los catalejos, como aquellos malvados súper millonarios en las películas de James Bond. Caballos drogados y todas esas historias tan románticas. Pero él, nada, empeñado en la liga, en bares llenos de humo, y encima con lo mal que le sientan los cambios de estación, hoy ya pensaba que le iba a dar un infarto. Qué verg¡enza de arbitraje. Pero si al señor ese del pito más que comprado lo tienen en nómina. Sí, ay, qué pena, que se nos acabó el romanticismo. Sin catalejos ni caballos, tenemos los pies demasiado plantados en este suelo de gambas y baldosas. Pobre Pepe. Como un día se me muera les pondré una querella. Oye, y les sacaré una pasta. Y entonces, quizás?

 

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