Vía

Nuria Gacía · Palau Solità y Plegamans, Barcelona 

Tenía que hacerlo solo. Tiró de su maletín y se metió en la estación. Valía más callar o saldría perdiendo. Tiene sed. Una carrera que nunca acaba, el arbitraje continuo ante una nómina, parar nunca, esperar siempre, la querella contra el tiempo, su vida sobre los raíles. Un vaso de agua, y sin sed, lanzar el maletín y empezar de nuevo.

 

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