Último oficio
Elena Lázaro Melero · SegoviaAsí no hacemos negocio, Manolo. Toda una vida de abnegación y sacrificio, sin ver a la mujer (aunque para lo que había que ver..) , a los niños – pequeños monstruos- , sin vacaciones (salvo aquellas escapaditas a las Seychelles con la secretaría de turno…).Para que nos den boleto así, por viejos, qué oficio tan desagradecido. A ti por lo menos vienen a verte… mira a mí, en su peregrina visita anual la bruja de mi parienta taconea flamenco, oprimiendo mi pecho cuan losa mortuoria, los chupasangres de mis vástagos que aquí me encerraron , con gusto encenderían el cirio de mi fin. Sinvergüenzas…No saben lo que cuesta ganarse el pan. Su problema es que no aceptan los límites de la vida, ignorantes… Por lo menos te tengo a ti, Manolo, compañero, en estas noches de encierro. Por cierto, ¿no te deja la espalda fatal, la caja ésta de pino?