Boleto ganador
Eloy Serrano BarrosoQuería ser juez, tener potestad para juzgar los actos libres de los hombres. Pero una noche soñé con un boleto: el 5423. Supe que era el ganador porque la luz de un cirio lo iluminaba. En cuanto desperté me fui a la administración de lotería más próxima, y mientras esperaba mi turno, me imaginé con el dinero en mi poder, sin voluntad para preparar las duras oposiciones, rodeado de falsos amigos que me proponían “rápidos y rentables” negocios, casado con una mujer que en el lujo se volvía caprichosa e indolente y unos hijos que sin oficio se disputaban mi herencia. Cuando volví a la realidad, el empleado de la administración tamborileaba en el mostrador con impaciencia. Me sequé el sudor frío que empapaba mi frente y arrepentido balbuceé un nuevo número: el 9867, número con el que, semanas más tarde, gané el primer premio de la lotería nacional.