¡Despido agridulce!

Mari Carmen Cascal Rodríguez · Marbella (Málaga) 

¡Señoría seré breve! Con mi boleto en una mano y el cirio en la otra, salí corriendo para poder darle curso a lo primero y llevar lo segundo a la iglesia a modo de gratitud. En ello perdí diez minutos de mi tiempo y por lo tanto llegué tarde a mi turno de trabajo por lo que mi jefe me amenazó con despedirme. De nada sirvió mi promesa de recompensar con esplendidez mi tiempo perdido. ¡Que paradoja Señoría, por agradecer mi sueño hecho realidad, me veo en la calle! Lo que me confirma que en los negocios, no entienden de oficios sólo de beneficios. Hoy, con mi boleto premiado y con la tranquilidad que da el dinero, quiero que este señor pague por “abuso de autoridad” hacia mi persona y que nadie más pase por lo que yo he pasado. ¡Este es el motivo de mi denuncia, Señoría!

 

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