CURIOSIDAD INFANTIL
ANA MARIA VIÑALS LORENTE—Mami, ¿por qué cuando tengo hambre me suena la barriga?
—Estás en pleno crecimiento y el estómago te pide comida, cariño.
—Mami, ¿por qué hay gente que duerme en la calle?
—Algunas personas pierden el trabajo y se quedan sin su casa al no poder pagarla. Tampoco tienen dinero para los suministros que son algo tan indispensable como el agua o la luz.
—Los abogados, en las películas, consiguen proteger a los indefensos. ¿Tú no puedes hacerlo?
—Eso intento, ratón. Paso muchas horas estudiando cada caso. Me empapo de libros y leyes pero, a veces, me quedo sin recursos para luchar ante los tribunales.
—Mami, ¿y por qué Lucas tiene la piel oscura como ese compañero del despacho con el que siempre trabajas hasta tan tarde, si yo la tengo clara como tú y papá?
—Las preguntas sobre tu hermano para otro día, mocoso. La cena se enfría.
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Ese niño llegará lejos. Será un buen abogado si se lo propone, o un detective. Algún día, a esa curiosidad innata, unirá el aprendizaje que proporciona el tiempo, aliado con una inevitable pérdida de inocencia que le va a acercar a muchas respuestas, también las que le niegan.
Un relato bien construido, no es fácil hacerlo solo con diálogos, que ponen en contexto y hacen que el lector extraiga sus conclusiones.
Un saludo y suerte, Ana María
Muy original, muy divertido, y muy bien escrito. Enhorabuena y mi voto. Un saludo
Muchas gracias!
Un auténtico cambio de tercio postrero, por eso te voto.
Bendita curiosidad.
Bendita inocencia la de los pequeños con sus constantes porqués. Todos los que somos padres hemos sufrido y cuánto cuesta afrontar según qué preguntas. Original y divertido. Felicidades y mi voto sin más preguntas…
Ana, aunque este mes no esté por aquí, no puedo de dejar de desearte suerte y mi voto.
Un saludo.
Sorprendente
La curiosidad infantil es insaciable. Buen micro, Ana María.
Te deseo mucha suerte. Te dejo mi voto.
Besos apretados.
Ana María, sugerente conversación entre madre e hijo, rematada en una gran reflexión final. Mi voto.