Imagen de perfilLA ÍNSULA

Juan Jose Aleman Galan 

En esta isla todos sus habitantes portan amuletos y muerden duros palos de baobabs para lavarse los dientes; aunque nadie sabe leer ni escribir existe un edificio enorme de cristal que alberga una biblioteca jurídica a la que pueden acceder todos sin ninguna clase de privilegio.
El único habitante blanco es un abogado que luce sobre su pecho bronceado un collar de oro y marfil; llegó aquí perdido y encontró por fin el deseado olvido de las oscuras sombras que había asistido durante años en las inhumanas cárceles africanas.
Sólo persiste en su memoria la confianza, transformada en sonrisa y esperanza, que aquéllos presos de color, cuasi esclavizados, habían depositado sobre sus hombros tras las gruesas rejas oxidadas.
El jurista canoso, instalado en su isla verde, llegó a su meta sin buscarla consiguiendo no transformar en complicadas letras sus pensamientos, hallando así su precepto jurídico más anhelado: cultivar la libertad.

 

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