Sabor de Hambre

Antonio Carballo Calderón · Ciudad Habana, Cuba 

??Así que, vistos los hechos que mi defendido acepta como ciertos sin detenerse en detalles de mal gusto, hago apelación a los instintos de los miembros del jurado. Los invito a un severo ayuno de tres días antes de que mi cliente sea juzgado. En época de crisis florecen las bajas pasiones y se desatan las reacciones animales, siendo el canibalismo el peor de todas ellas. Acosado por las deudas y el hambre, mi defendido optó por ahorrarse una larga y costosa querella contra su colega estafador; cual primitivo gourmet y en el estilo más cavernícola de la historia culinaria, se almorzó al hombre en quien tanto confiara y que arteramente lo arruinó para siempre. El paladar de los hambrientos es tan puro y limpio como el de los niños y por ello se vanagloria sin remordimientos de lo bien que le supo la carne de la venganza.

 

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