Justicia inmóvil

Raúl Alonso Fernández · Santa Cruz de Tenerife 

O el sistema no funcionaba, o simplemente se trataba de que el funcionario de aquel triste juzgado de primera Instancia era un zoquete. Era como chocar contra un enorme bloque de granito sintiendo que, en cada embestida, mientras el bloque seguía inamovible eran mis neuronas las que sufrían el deterioro. Me encontraba en la más absoluta soledad. Tenía mala suerte; el Secretario del Juzgado de baja sin atisbo de pronta sustitución, y no era cuestión de molestar a Su Señoría por este tipo de trámites. Pues buena se pondría conociendo el carácter que tiene. Podía imaginármela con la cara enrojecida soltando su ya conocida pregunta retórica ¿a los abogados no les enseñan cuáles son las competencias de Jueces y Magistrados?… Me descomponía, pensando en los efectos funestos que esto tendría para mi cliente y sentía como si en el estómago tuviera una piraña devorando mis entrañas.

 

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