Imagen de perfilJusticia de género

Alejandro Martín Tamhazián Garat 

Toc toc. ¿Quién ahora? Una elegante abogada traspasa el marco de la puerta; parece buena persona. La veo charlar con el dueño. Otra vez escucho la historia. Que los niños debieron quedarse con su abuela. Que María tuvo que dejarme aquí porque en el refugio no podía tenerme.
Y ese pájaro hablador que me ha tocado de vecino. No hay que regar las penas, me dice. Sé que le doy lástima.
Pienso, mientras la mujer me acomoda en la parte de atrás, en mi destino final. Ruge el motor. Se da vuelta, me mira dulcemente mientras me acaricia. Repite contenta que pronto estaré con María, que ella está bien, que se ha recuperado de los golpes. Que el hombre malo ya tiene pena, porque pegarle a una mujer es un delito. Y arranca.
Pletórica de felicidad, no dejo de mover la cola y de ladrar por la ventanilla.

 

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