Justicia de género
Alejandro Martín Tamhazián GaratToc toc. ¿Quién ahora? Una elegante abogada traspasa el marco de la puerta; parece buena persona. La veo charlar con el dueño. Otra vez escucho la historia. Que los niños debieron quedarse con su abuela. Que María tuvo que dejarme aquí porque en el refugio no podía tenerme.
Y ese pájaro hablador que me ha tocado de vecino. No hay que regar las penas, me dice. Sé que le doy lástima.
Pienso, mientras la mujer me acomoda en la parte de atrás, en mi destino final. Ruge el motor. Se da vuelta, me mira dulcemente mientras me acaricia. Repite contenta que pronto estaré con María, que ella está bien, que se ha recuperado de los golpes. Que el hombre malo ya tiene pena, porque pegarle a una mujer es un delito. Y arranca.
Pletórica de felicidad, no dejo de mover la cola y de ladrar por la ventanilla.
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Me ha gustado tu relato. Mi voto. Suerte y abrazos de año nuevo.
Alejandra buenas tardes. Muchas gracias! Lo mismo te deseo un muy feliz 2022!!! Saludos
Buen relato. Enhorabuena
Buenas tardes Anselmo. Gracias por leerlo, y por apreciarlo con su voto. Saludos!
Enhorabuena Alejandro, hay que ponerse en el lugar de nuestras mascotas para entenderlas mejor. Quien no tiene o ha tenido animales no sabe lo que es eso. Me encantó tu relato, tienes mi voto.
Saludos.
Hola José
Coincido con lo que dices. Me pareció interesante poner de relieve la situación de género de muchas mujeres en nuestro planeta; como así también la desvalidez de los que no tienen ni voz ni voto, aunque haya leyes que los amparen. me refiero a todos los animales, no solo a los domésticos.
Un cordial saludo desde la Patagonia
Me gusto mucho, te dejo mi voto Alejandro. Saludos.
Buenas tardes Juan
Muchas gracias por su voto
Espero haya disfrutado del relato
Saludos Cordiales
Me enternece la figua del perro, soy amante de estos hermosis psicólogos- psiquiatras, porque, no hay mejor psiquiatra que un perrito que te lame la cara.