Fuera de plazo
Marta Trutxuelo García—¿Qué ocurre? ¿No estás satisfecho con el veredicto?—el abogado escruta la reacción de su hijo. —Enséñame el documento con la solicitud. Una, dos, tres y cuatro peticiones. Y como resultado… cero—el abogado encuentra un mohín de disgusto en el rostro de su vástago.
—Pero no habías visto… ¡esto! Así tendremos dónde apuntar el plazo de vencimiento de la oferta. Para más seguridad, hoy, seis de enero, enviaremos la solicitud —afirma el letrado jugando con el calendario del bufete, único regalo bajo el huérfano árbol de Navidad.
—No pasa nada, cariño —interviene la madre—, esto es parte de un nuevo plan: los regalos están bajo otro árbol de otra casa, nuestra nueva casa —y ella toma entre sus brazos a su hijo ante la mirada atónita del abogado, que musita “listo para sentencia: condenado por no haber mandado en plazo la carta a los reyes magos”.