La última carta
Esperanza Temprano Posada · MadridMe voy. No quiero seguir arrancando las hojas del calendario sin ver cómo, poco a poco el pelo se te vuelve cano. No recuerdo la última vez que te vi sonreír y ni siquiera sé cuanto hace que no cometemos alguna locura. Siempre mantuve que eras un fenómeno de las leyes, es cierto, y te apoyé y animé en tu carrera de fiscal, pero no para que se convirtiera en la razón de tu existencia. La vida es breve y no quiero pasarla esperando en casa con la mesa puesta. Tal vez cuando estemos en el asilo sea demasiado tarde para escuchar tus casos, eso si no los has olvidado ya.
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Un microrelato fabuloso que nos hace pensar lo deprisa que vivimos y que cuando nos queramos dar cuenta no hay retorno.
Marta, así es, ese es el mensaje. Gracias por comentar.
Gramáticamente tiene algún defecto que otro… Políticamente muy (pero que muy) correcto con el lobby feminista…
Gracias Antonio Luis por tu comentario. Me gustaría que me indicaras dónde están los defectos gramaticales, para no volver a incurrir en ellos. Al fin y al cabo esta afición es todo un aprendizaje.
Un saludo,