Esperando al TAG
Guillermo Sancho Hernández · ValenciaModesto tiene setenta y nueve años. Con más trabajo que un fiscal anticorrupción, ejerce como auxiliar todoterreno. Luisa, de ochenta y tres primaveras, da fe y controla los plazos. Es la eficacia personificada, y maneja el calendario como nadie.
El caso (“Procedimiento 1/2015”, recuerda Luisa) es que Cosme, un auténtico fenómeno del dominó, de ochenta años, le reclama a Julián, de setenta y siete, la devolución de medio blíster de un conocido vasodilatador, prestado según la demanda poco antes de la fiesta de Nochevieja, sin que conste su devolución pasado el roscón de Reyes.
Conforme al turno de reparto me toca resolver a mí: abogado durante cuarenta años, y con una breve experiencia como juez de paz de mi pueblo. Méritos, al parecer, suficientes para presidir el recién constituido TAG (Tribunal de Arbitraje del Geriátrico), nuestro particular y pacífico sistema voluntario de resolución de conflictos del asilo.
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Me encanta lo del TAG y la descripción de los habitantes del geríátrico. Los blister y otras cosas similares son los grandes y graves problemas que los mayores tienen en esos lugares… y en otros también. ¡Me encantó! Abrazo
Gracias por tu apreciación y por participar. Suerte para ti también.
Muchas gracias por tu comentario, Liliana.
Relato breve pero intenso, invita a un fácil ejercicio de imaginación! Enhorabuena! Me encanta!
Muchas gracias, Celia.