El gran juicio
Estela Antin Bernárdez · GuadalajaraSer táctil, otra vez ser táctil. ¿No puedo pedir ese deseo? ¿Por qué no? ¿No va a ser este un juicio justo? En el cartel de fuera ponía Bienvenidos, pero si empezamos así, voy a dudar de las buenas intenciones de este Señor y de lo ecuánime que podrá ser su sentencia. ¿Cómo que que me calle? ¿Os da igual que durante toda mi vida haya sido un reputado profesor? ¿Que haya formado y forjado espíritus críticos? Que espere mi turno en silencio, me dice un tal Ángel. ¿Pero cuánta gente hay aquí haciendo esta fila? Parece una explotación de almas. Sí, lo sé, es el juicio final, ¿y qué? Por eso mismo: más que nunca quiero justicia y pido lo que pido: volver a ser táctil, recuperar mi cuerpo, otra oportunidad para rozar el mundo nuevamente.