Premonición

Juan Casas Ávila · Hidalgo (México) 

Mi abuelo era abogado y murió lejos de su jurisdicción a los 37, a manos de una mujer, con la que se había casado, según él, para alejarla del morbo de la plebe. Mi padre fue un penalista que falleció a los 38. Lo mató también una mujer, en cuyos ojos creyó atisbar el infinito. Escribió una carta exculpatoria; sin embargo, di mis primeros pasos en prisión, pues un juez rencoroso armó a mi madre un expediente apócrifo sobre malversación. Alguien vaticinó que el espectro de la tragedia reaparecería y que una beldad me mataría a los 39. ¿Debo pagar una multa milenaria que pesa sobre mi linaje? Me hice actor para demostrar que no creo en premoniciones y ahora voy camino al hospital. No debí aceptar el papel de abogado en esa película de mafiosos. ¿Quién iba a imaginar que alguien cambiaría el arma falsa por una verdadera?

 

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