Caso trasparente

Dori Siverio Fumero · Vilaflor (Tenerife) 

Después del espanto, la controversia y hasta el morbo, accedí defender a mi cliente, porque aquella noche zanjé que, como abogada que soy, lo defendería, aunque no era de mi jurisdicción. Pero es que aquel cliente era tozudo hasta lo indecible y yo ya no aguantaba su constante presencia. Lo representé; me costó tiempo, pesquisas, dinero y hasta una multa por mal estacionamiento mientras indagaba su caso, pero al final, ganamos el juicio. Probé que mi interesado no había cometido malversación, sino que había sido otra persona, que ya está entre rejas. Al fin descansé de este caso que me agobió durante dos años y mi cliente también. Me dio las gracias anoche, sonrió y se esfumó ante mis narices. No me inmuté, claro, después de haber visto a aquel espectro continuamente durante más de dos años pidiéndome justicia por algo que no había hecho cuando vivía… Descanse en paz.

 

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