Carne de cañón
Cristina Fernández Calvo · Barcelona‘- Abogada, él me ama! – Gisela, es imposible. La sentencia es firme… ¿se ha olvidado usted de la paliza? Se echó a llorar. Pelo alborotado, jersey barato con un dibujo, tal vez una marmota. En el puño una mancha de algo que parecía mermelada. Uñ