Hugo

Silvia Pellejero Oliva · Arnedo (La Rioja) 

Abrí los ojos. La lluvia anegaba las calles, con su dulce parsimonia. Me levanté lentamente, mis piernas pesaban cual paso de tortuga, indicio de una cadencia inusual en mí. Súbitamente sentí una atracción que provenía de las paredes, y como imán asido por una fuerza invisible, quedé durante agonizantes minutos fijado al techo de mi casa. Respiré estático. ¿Sería esto el final? ¿Me inculparían por haber mentido en el caso Savolta? ¡¡Ese tipo no mató a Hugo, fui yo!! – grité sumido en el dolor. Desperté sobresaltado de la hipnosis. La secretaría tecleaba todas mis palabras con fervor, mientras el fiscal contrastaba la información y el juez me declaraba culpable.

 

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