XV Congreso UIBA

Miguel Angel Hortelano · Antequera (Málaga) 

Concluido el farragoso acto, pasó a la antesala contigua del bellísimo palacio colonial para desprenderse de la toga y del peso protocolario. La estancia era elegante y sobria, pero propia de aquella selvática nacionalidad; presidida por una imponente chimenea de caoba cuidadosamente labrada por artesanos de Iquitos. A través del balcón dirigió su mirada al patio frondoso de tamarillos, y bajo la sombra del gran sicomoro pudo identificarla salvajemente bella, con su piel oscura y brillante, ligeramente sudorosa; se refrescaba con un botijo del que chorreaba por su pecho un pequeño hilillo liftado. Había anhelado el reencuentro, más nunca pudo imaginar que ella le esperaría tan ávida y puntualmente; y allí se encontraba ahora, justo bajo sus pies. Cuatro largos años de atormentada espera, pero tendría la oportunidad de aprender una vez más de su didáctica amatoria, conmemoraría el esplendor del ultimo encuentro. Definitivamente, decidió, se vendrá conmigo para siempre.

 

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