EL SíNDROME CHAMPIONS

David Arturo Serrano Rodríguez · Guadarrama (Madrid) 

Aquel era un jueves negro para el juez, como todos aquellos días que sucedían a un resultado nefasto de su equipo. Era el síndrome Champions. Esos días, su estado de ánimo condicionaba sus veredictos. Seguía ausente la evolución de la vista y sólo le intrigaba la identidad de aquel tosco abogado que no cesaba de arrugar papeles presa de su estrés. El juez no reparaba en su discurso sino en sus movimientos, y por un momento quedó hipnotizado con el volar de la pequeña esfera blanca que acababa de formar. En un momento dado el abogado perdió el control de la misma; la intentó recuperar con un toque sutil de rodilla para elevarla de espuela sin éxito. El juez sonrío malévolamente. En su mente seguía grabada aquella jugada en la que el defensa regaló aquella final. Había llegado la hora de la justicia, eso sí, colateral.

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión