TIEMPOS MODERNOS
Lourdes García HuescaCuando se acercó a mí vestida con sus pantuflas y la espalda encorvada en perfecta sintonía con un rudo bastón de madera, inmediatamente me asaltaron las alarmas del prejuicio: “¿qué pinta aquí esa vieja zarandaja?” – Por favor, ¿podrías ayudarme con la contraseña? Mi “disco duro” la olvidó– dijo señalando su cabeza, teñida ya del blanco que acompaña el paso del tiempo, y entregándome su firma electrónica. Después supe que fue una silenciosa defensora de la independencia y reconocimiento de la mujer en nuestra profesión, que suma más de cincuenta años de ejercicio y que aún está activa en el turno de oficio, allí donde yo creía que sólo encontraría aspirantes noveles anhelantes de experiencia procesal.
Y entonces caí de mi petulante arrogancia, agradeciendo la bofetada al corazón, para comprender que la edad no es excusa para no adaptarnos a los nuevos tiempos, a los tiempos modernos.