INSPIRACIÓN

José Ignacio Juárez Chicote · Madrid 

El lunes de Pascua era festivo y lo pasé en Lisboa. Las últimas semanas –con varios temas urgentes y complejos– había estado muy absorbido. Sólo quedaba preparar un contrato enrevesado con una elevada cláusula penal. Por eso quería alejarme un poco, recuperar la calma y ser más objetivo. Pero no me resultaba fácil: ¿de dónde saldrá la maldita manía de hacer que los problemas sean más nuestros que de los clientes? ¿Por qué ellos recuperan el sueño con nosotros y nosotros la vigilia con ellos? En un desvío, el traqueteo del tranvía me sacó de estos pensamientos. Miré por la ventanilla y, sobre un viejo muro mohoso y desconchado, leí: «nem tudo que é direito é legítimo». Y entonces, lo ví. Bajé del “amarello” en Chiado con la solución esbozada. En A Brasileira, bajo la mirada de bronce de Pessoa, terminé de darle forma. De fondo, sonaba un fado…

 

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