Memoria rasgada

Sofía García-Ollauri Antolín · Madrid 

Nada hacía presagiar que aquel célebre fiscal pudiera contraer la enfermad del olvido tras forzar su memoria con tantas leyes y sentencias. Por fortuna, la tiene a ella. Le asea y afeita. Intenta prepararle sus comidas favoritas; pero sigue también al pie de la letra las instrucciones del médico: mucha verdura, nada de alcohol y algo de ejercicio físico. Se esfuerza por hacerle recordar, por buscar un punto de luz en ese oscuro vacío en que se ha convertido su mente. Relata historias pasadas, desde controvertidos casos que llevó al primer beso que se dieron. Se estremece al pensar que ya no forma parte de su mundo interior. Un día, él susurra su nombre, la mira, la reconoce y murmura: Te quiero, nunca lo olvides, ¡Que venga un perito a tasar mi amor por ti si puede! No es muy romántico, pero a ella le sirve, siempre lo ha hecho.

 

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