La cacería anual

Álvaro Giménez García · Orihuela (Alicante) 

Cuando dejó atrás la facultad de Derecho, con sus fiestas y sus huelgas, e inició la pasantía en el bufete de Farnesio & Simons Asociados, se sintió madurar. Aunque sólo se dedicaba a ordenar legajos tras una cochambrosa mesa, ya se sentía abogado. Su entusiasmo aumentó al ser invitado a la cacería anual del pichón, en el coto privado de uno de los socios principales, Ernesto Alberto de Farnesio. Era la oportunidad para codearse con lo mejor del gremio y postularse, así, como un letrado de futuro. Perfectamente equipado, llegó al coto: botas, zurrón, guantes, cortaplumas y, lo más importante, sombrero verde estilo tirolés. Sin duda, en este último detalle, demostró sus buenas cualidades, pues fue lo único que le dejaron llevar encima del disfraz de pichón con el que esquivó los disparos de pintura que sus “nuevos compañeros” dirigieron, con verdadera saña, contra él.

 

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