Mamotreto
Erardo Ferrer QuintanaSala de espera, suena el depertador, sigo durmiendo. Hoy no espero ninguna condena. La arena ciega mis ojos, y no consigo ver más allá de mi sombra. Escucho la maqueta de un nuevo talendo de ¡€¢pera húngara, tampoco me dice nada. Me cuesta respirar, oigo mis latidos latentes. No logro inspirarme para preparar el informe final, tal vez improvisar. No encuentro el captador de atención adecuado, no termino de cogerle el pulso a su señoría y me siento fuera de juego. !Pero si estoy totalmente seguro de que tengo la razón!. A veces pienso mejor que hablo, y siempre escribo mejor que digo. Por favor señor Letrado, no se lo vuelvo a repetir, no piense más en voz alta, deje de ser sandio, y exponga sus conclusiones finales de una vez, que todos queremos irnos a casa.