Arrepentimiento
Julia Lucía ParienteElena llevaba todo el verano conectada al móvil. Un año más se le habían pasado los días entre conversaciones interminables con clientes, formular demandas varias y cerrar pactos de última hora.
Solo el olor a lavanda al abrir la ventana de su habitación en aquel pueblo castellano le hacía volver a la realidad de vez en cuando.
Pero hoy por fin había decidido que la jornada terminara pronto. Apagó el ordenador y se levantó del escritorio ilusionada para darse un baño en la piscina con su marido y sus hijos.
Llamó a la puerta de al lado, pero la habitación estaba vacía. Y al bajar las escaleras se encontró a su marido cargando las maletas en el coche. Su mirada le transmitió hartazgo y desesperación.
Era 31 de agosto y tocaba operación retorno. Había llegado demasiado lejos. Ya era demasiado tarde.