PROPUESTA DE DEROGACIÓN
CARMEN GARCÍA SUÁREZ— ¡¡¡Me da igual!!! Poco importa que siempre haya sido así. ¡Maldita tradición! ¿Es que nadie puede romperla? Tan obsoleta y… ¡ni con el gobierno cambia! ¿Va a continuar, de generación en generación…?
¡No quiero! ¡Me niego!
¡¿No pueden hacer nada contra esa condenada legislación?! Una ley que mata, ¿no puede morir? El riesgo amenaza constantemente el tejido de la vida. Preservar este eterno sinsentido no tiene ninguna lógica.
¡Ha matado a mi madre! ¿Me oye? A mi madre… ¿Y tenemos que seguir permitiendo que acabe con todos nosotros? ¿No es bien visible que el paso del tiempo me da la razón una y otra vez, otra y otra más? Me estoy volviendo loco… Ud., Sr. Abogado, que es un hombre de Letras, sensato y culto, versado en leyes… debería comprenderme.
— Y lo entiendo, créame, lo entiendo. Pero contra esa ley, no podemos hacer nada. Es ley de vida.
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Maravilloso relato Carmen, cuanto desearíamos derogarla verdad¡?
Suerte!
Un abrazo y un voto.
¡Muchas gracias, Alejandra! Me parece que ni con la más absoluta unanimidad la derogamos! Así que… Carpe Diem!
¡Qué bueno!
Estaría muy bien poder legislarla. Si te enteras de algún avance, me avisas, ¿vale?
Un saludo, Carmen
Mmm… De momento, sin cambios… pero seguiremos pendientes por si hay avances,Margarita…
En un futuro el avance de la ciencia quizás pueda derogar esa ley si no totalmente al menos parcialmente, pero no estoy seguro de que sea del todo una buena idea. En cualquier caso mi voto y suerte!!
También lo pensé… Y ser inmortal tampoco me parecería buena opción…
Muchas gracias por tu comentario y por el voto, J. Manuel!
Carmen: ¡enhorabuena! Muy bien expresado algo que todos compartimos. Te dejo mi punto con total convencimiento. Tu relato merece premio.
¡Mil gracias por esos ánimos, Isidro!
Tu comentario sí que merece premio!