Daños morales
Laura Blanco VillalbaMis clientes llevaban un tiempo inquietos por la idea de que el ruinoso muro de la finca colindante se derrumbara sobre su vivienda. Tras diversas apariciones en el consistorio, lograron que los técnicos municipales acudieran al casco urbano a ver su domicilio.
Certificaron que el material estaba muy deteriorado y el riesgo de colapso era inminente: en su informe aconsejaron apuntalarlo o construir uno nuevo en un plazo no superior a 48 horas. Pero la burocracia es enemiga de la diligencia y aquello no llegó a suceder. El muro se derrumbó de madrugada sobre su dormitorio.
«Pudo tener consecuencias trágicas que felizmente no se produjeron debido a la naturaleza de los demandantes», decía la sentencia. ¡Qué injusticia!, ¡qué atropello! Tienen derecho a una compensación. A pesar de su espíritu resiliente, los hechos les causaron un susto de muerte. Es decir, si no llevaran muertos desde hace cien años.
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Debe ser toda una experiencia que unos espectros se «aparezcan» en un consistorio municipal para reclamar algo de forma legítima, como también ser su abogado. Dicen que los fantasmas son espíritus apegados a lo que han vivido, de ahí que no se marchen de una vivienda, convirtiéndola en encantada, por eso también esa preocupación ante el riesgo de derrumbe. Quizá ahora, si el edificio ha sido destruido y termina por demolerse, puedan descansar, no hay mal que por bien no venga, aunque el susto de muerte no se lo quita nadie.
Un relato que transcurre con un pequeño conflicto y concluye con un humor negro que sorprende.
Un saludo y suerte, Laura
Gracias, Ángel! Un abrazo
No lo había leído todavía. Y me ha encantado. Las historias de fantasmas siempre me atraen. Sobre todo cuando no te las esperas. Es lo que me ha sucedido con tu relato. Me ha pillado desprevenida.
Un abrazo y mi voto.
¡Muchísimas gracias, María! Un abrazo
Espléndido relato. Muy bien escrito y con esa sorpresa final que lo altera por completo. Enhorabuena, mi voto y un saludo
Gracias, Nicolás, por tu amable comentario. Un saludo
Me encanta Laura, una historia muy normal, el pan nuestro de cada día… hasta que llega el sorprendente final, que te hace soltar la carcajada. Mi voto y un beso.
¡Muchísimas gracias, Ana María! Me alegro mucho de haberte sacado una sonrisa :)
Muy bueno, Laura. Tus protagonistas parece que han hecho valer sus derechos desde el más allá.
Te deseo mucha suerte. Mi voto terrenal para ti.
Besos apretados.
¡Gracias, Pilar! Sin duda los votos terrenales me gustan más que los espirituales ;)
Laura… qué buen relato, con la sorpresa final tan impactante!!!
Me ha encantado lo de «la burocracia es enemiga de la diligencia», ja, jaaa
Mi voto, claro!!
Un abrazo
Marta
Gracias, Marta, ¡eres muy amable! Me alegro que te haya gustado esa pequeña ironía je, je. Un abrazo
¡Qué poca consideración! Hay que tratar a los fantasmas con el respeto que merecen.
Ingenioso, divertido y bien narrado, Laura.
Mucha suerte.
¡Muchas gracias, Margarita! Un saludo
Me alegra mucho que esos demandantes prefieran acudir a la justicia provistos a ejercer una venganza de ultrabumba y también que quedasen contentos con el trabajo realizado por el abogado, por su bien, jajaja. Mi voto y enhorabuena.
Gracias, Juan Manuel, podría decirse que es que ya tienen una edad y prefieren hacer las cosas de forma civilizada… ¡jajaja!