El regalo
Ivan Humanes BespínNadie sabe cómo llegó hasta aquí, pero el consejo decidió acoger al abogado. Los sabios le ayudaron a construir su vivienda, le dieron un caballo y semillas. También le enseñaron a ser resiliente, a buscar material en nuestras tierras y a hacer tejados de paja. Él, tan urbano, aseguraba que su barco naufragó, y que por eso él en nuestras costas inhóspitas. En algún momento recelamos, sí. Sobre todo cuando se desmayó al ver nuestros dragones. Pero comprendimos que eso no formaba parte de su mundo. Y de ahí su extrañeza. Nos aclaró partes oscuras de nuestras normas ancestrales. Le dimos el conocimiento para que su mundo fuese mejor. Y lloramos su marcha. Él era, en el fondo, de ese otro lugar. Y no pudimos resistirnos a regalarle un huevo de dragón. Lo escondimos en su nueva canoa. Y es que somos un pueblo altruista: la sorpresa es nuestro motor.
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Cuántas veces no habremos soñado con formar parte de otros mundos inventados y maravillosos, llenos de aventuras, forjados en la literatura, en un guion cinematográfico, o pensados para serie televisiva. Tu abogado, que procede del nuestro entorno actual, ha tenido la suerte de visitar uno de esos parajes de fantasía, de donde ha vuelto con conocimientos y hasta con un dragón en ciernes, que precisará de leyes nuevas. Esperemos que todo ello sirva para regenerar esta sociedad imperfecta en la que nos movemos.
Un relato entre la imaginación, la realidad y las ganas de cambiar las cosas.
Un saludo y suerte, Iván
Ángel, que comentario más magnifico. Muchas gracias por esas palabras. Ojalá esa regeneración. Caminamos hacia ella. Abrazo.
Un relato lleno de futuro y de esperanza.
Mucha suerte, Ivan. Mi voto por ese mundo civilizado.
Besos apretados.
Muchísimas gracias por el voto y el comentario. Ojalá el futuro de esperanza. Saludos!
Hola
Un gustazo encontrarte.
Nos unen las letras.
Lur
Hola, Lur!!! Qué bien. Pues igualmente, aquí seguimos. Abrazo!