Abogado sin recursos

Pedro Antonio Herreros Rull · JAɐN 

Es cierto que la suerte siempre me fue esquiva pero aquello de que no me tocara nunca ni siquiera un mísero reintegro me empezó a preocupar. Acudí al psiquiatra y tras innumerables pruebas me diagnosticó sin duda alguna: usted es gafe. La patología fue poco a poco devorando mi nombre de pila hasta que, a la postre, fui conocido únicamente por aquella. Huelga decir que al principio la gente me huía, pero en breve plazo me hice famoso como abogado. Los adversarios rehuían enfrentarse conmigo y los jueces me daban siempre la razón hasta el punto de que no conozco la suplicación ni la apelación.

 

 

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