Poca verg¡enza

Maria Presa Fernandez · Bilbao 

Tras veinte años de féliz y próspera unión marital, me inicié en los asuntos de faldas tan habituales entre los de mi profesión. Fue a través de un compañero del contencioso administrativo como accedí al consuetudinario «código de buenas prácticas», de entre las cuales la primera de ellas, NEGAR SIEMPRE LA MAYOR, me ha llevado a esta patética situación. Me fue útil con los sms, las salidas nocturnas, el apartamento en Marbella, pero me sentí realmente como un payaso cuando mi hasta entonces esposa me sorprendió en la cama con una clienta -cariño no es lo que parece, ¡¨recuerdas a la señorita López de Telefónica¡€™pues estaba instalando la nueva línea ADSL- Y aquí estoy, ahogando mis penas en tequila con limón y sal, mirando al plomizo cielo y rogando que no llueva, mientras espero que el camión de mudanzas recoja todas mis cosas arrojadas por ella al jardín.

 

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