Imagen de perfilSe sirve bien fría

Pedro Ran Pérez 

Cuando entró al despacho solicitando mis servicios, inmediatamente me llegó el olor a problemas que desprendía. De forma atropellada empezó a intentar hacerse entender sobre el motivo que lo traía aquí. Al minuto de estar sentado ya no podía centrarme en lo que me explicaba porque le había reconocido: era el dueño de la empresa encargada de construir un bloque de pisos en pleno casco urbano donde se encontraba la vivienda que adquirieron mis padres con todos sus ahorros. Esa que se vino abajo por usar material de baja calidad, llevándose por delante a mis progenitores y obligándome a mí a convertirme en resiliente. Todas las familias implicadas intentamos que acabara en prisión, pero tenía buenos contactos que archivaron el caso solamente con el cierre de la empresa y su inhabilitación. ¿Cómo un hombre tan bien relacionado puede tener tan mala memoria?, pienso mientras saco mi pistola del cajón.

 

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