La huida

Miriam García Herraiz · Ciudad Real 

Me encontraba en el andén de aquella estación, vacía, solitaria y triste, en un atardecer de otoño frío y oscuro, esperándote en tu última carrera perdida, y el tiempo me golpeaba sin compasión imaginándote aprisionada en una querella sin fin. Nuestra huída sin mirar hacia atrás, dejando todas las causas sin archivar, sin un final, sin despedidas. No podía dejar de pensar en ti, recordándote como la última vez que te ví, escondida como si fueras una nómina oculta en un cajón, con una gran toga cubriéndote el cuerpo, rodeada de palabras que conducían a un arbitraje buscado, y ese llanto de dolor y sufrimiento silencioso. Ahora, al recordarte, sé que mi viaje será en soledad, cargado de sentimientos no compartidos. Regresas a tu mundo sin haberlo abandonado, procesos, estrados, resoluciones… Llega el tren y mis ojos ya no te ven.

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión