El regreso
Javier Gutiérrez · BarcelonaSe dirigía a la estación de saltos cuánticos. Estaba abatido y regresaba al Centro de Redistribución, a esperar un nuevo destino. – Vaya desengaño- dijo apesadumbrado- Cinco años de carrera, un trabajo de abogado a nómina del Estado, diversas querellas en arbitrajes de Cuentas… – ¿Y?- pregunté – Que creí que podía cambiar sus valores morales, pero estos humanos son una especie en perpetua decadencia con sus corrupciones, cohechos, prevaricaciones… – Sí- coincidí – Ahora entiendo cómo aguantas tanto entre ellos- sentenció, mirándome de arriba abajo – Adaptabilidad al medio, supongo Nos despedimos. Me encaminé al bar dónde nos reuníamos los de la tuna para jugar al mus. Aquél era un día especial: cumplía cuarenta años terrestres y mis compañeros de segundo de medicina habían preparado una fiesta. Moví ligeramente la pandereta y comencé a tatarear: “Y si Adelita se fuera con otro, la seguiría por tierra y por mar…”