Doble vida

Salvador Salcedo Benavente · Valencia 

Estoy abrumado por la imputación: malversación, prevaricación y cohecho. Morbo es lo único que despierta mi espectro descompuesto. Es una pena. Me siento abatido, fuera de jurisdicción. Soy inocente. Ayer, hasta altas horas estuve aquí visitando a mi cliente. Ese es mi último recuerdo. Agotado por culpa de la apnea que padezco, hoy me he despertado en este mismo lugar solo. No lo entiendo. Esta mañana al verlo entrar enfundado en mi toga no podía creerlo. Con tal de no levantar sospecha poco le ha importado asumir mi defensa al improvisado leguleyo. Tanto daba una pena de multa o de prisión. Seré yo el reo que cumpla su condena. Nadie me echa en falta tras dos noches de encierro. Ni mi mujer siquiera, con la que anda metido en casa todo este tiempo. No podré perdonarle. Lo volvería hacer de nuevo. Conozco bien a ese canalla. Es mi hermano gemelo.

 

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