José Manuel Garrido Verdugo
Microrrelatos publicados
Retos y atavismos
Ante los socios del bufete, Mario Pradera, —recientemente nombrado presidente de ADN (Abogados Defensores Newman’s)— habló de la necesidad de estar preparados ante los cambios que exige la aplicación de las nuevas tecnologías al Derecho.
Mario se lamentó:
—En este asunto, la actitud conservadora es una calamitosa pandemia entre abogados. Entre sus secuelas destacaría la intensa sensación de dejá vu en nuestro desempeño profesional.
Y continuó.
—Tenemos que generar y proyectar una imagen de innovación, de creatividad, de capacidad para solventar los retos que nos deparará el futuro. Ya presente. Gracias.
El aplauso superó el minuto. Mario hizo una minúscula reverencia. Dio un trago del botellín de agua y abandonó la sala de juntas. En su despacho esperaban numerosos documentos pendientes de firma. Tomó la pluma de ganso e introdujo su punta en el tintero. Con un ligero meneo de la mano la aligeró de tinta y comenzó a rubricar.| Mayo 2017
ParticipanteLa familia bien, gracias.
Con cierta premura, el recién colegiado ultimó el argumentario de su defensa horas antes de la vista oral. Su cliente le había contratado para neutralizar el afán de su propio hermano de litigar por las lindes de unas parcelas heredadas, yermas e infértiles. El acuerdo resultó manifiestamente imposible. Ahora ambos hermanos están sentados, a cierta distancia, en la sala de vistas. Existe la convicción, asumida por el defensor, de que los peores pleitos se producen entre miembros de una misma familia. Afligido por este contraproducente estreno de su carrera, cuando llega su turno, el abogado acerca al estrado el plano de la parcela 13077A018000390000FP, y su correlativo, causantes del litigio. En ese momento, su cliente, armado con un pluma Parker, aprovecha para agujerear la yugular de su hermano. El juez levanta la sesión. El joven abogado, con cara de mentecato, arruga los papeles de su argumentario y cierra su cartera.
| Abril 2017
ParticipanteBochorno de invierno
En el gabinete no recordaban un mes de marzo tan caluroso. Juan se abanicaba con un trozo de cartón arrancado de un A-Z que tenía a mano. Acababa de actualizar los datos de la transparencia en la que apoyaría su ponencia sobre “Concurrencia competitiva. Tratamiento fiscal de las ofertas”. Aquel despacho sin ventanas y el sopor apelmazaban su capacidad intelectual. Buscó un pañuelo en la americana para enjugarse la frente. Una piruleta, medio derretida y pringosa, un regalo para su sobrino, se le quedó pegada entre los dedos. Al sacudirla, cayó sobre las recomendaciones recogidas en la transparencia. Quedó adherida como una siamesa. Intentó separarlas con la ayuda de un abrecartas, pero las letras se calcaban en la piruleta. El sudor se asperjó por la lámina de plástico disolviendo la tinta. Juan volvió a abanicarse. Un maldito desastre. Al teléfono:
—Sí. No, una indisposición intestinal. Siento no poder acudir.| Marzo 2017
Participante
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