Mirador secreto
Mariano Arias Castellano · Valencia Al empezar a ejercer deje de tratar a German. A medida que yo facturaba cada vez más cara mi hora en la capital, él se fue quedando más aislado en el pueblo como el loco local. De niños, recorriendo la senda del Montgó, descubrimos un mirador secreto en un desnivel tapado por la vegetación. Aquel fue nuestro escondite frente al mar, en el que la brisa traía olor a especia y algas. Ahora toda la zona está reducida a cenizas. La ha quemado mi amigo de la infancia. Nadie va a poder volver a nuestro claro. Totalmente solo a los 50, German ha querido vengarse de todos los que le dejamos de lado, haciéndonos huérfanos por igual de nuestro bosque. Dos abogados del turno de oficio han renunciado a su defensa. Mando el correo electrónico ofreciéndome gratuitamente como letrado. Mi tarifa es tan elevada como mi deuda con él.
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