«Demostrarlo fue un arriesgado reto»
Maria Luisa González Brito Representar aquella situación se había convertido en una aburrida rutina. Primero ante la policía, luego ante su abogado y ahora ante el Juez.
Lo que aconteció en una única ocasión se transformaba en una ya consuetudinaria declaración.
Su Señoría le observaba perplejo mientras aquel extraño sujeto narraba los hechos.
– «¿Confiesa usted que, disfrazado de Papá pitufo con un calcetín rojo en la cabeza y armado con un machete y una pala, allanó una propiedad privada causando daños irreparables en un jardín y provocando el pánico entre los vecinos para llevarse un desfavorecido y malogrado cactus de silueta amorfa porque, según ha manifestado usted mismo, es una fuente incalculable de felicidad?
– » Lo confieso».
Una tímida risita brotó de su abogado. Su Señoría levantó la vista. Todos los presentes arrojaron tal explosión de carcajadas contenidas que contagiaron al propio Juez.
Parecía que la felicidad había inundado aquella seria Sala.
+37
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Muy divertido tu relato, enhorabuena. Ojalá la risa se esparciera como el viento. Mi voto y mucha suerte.
Muchas gracias, Nicolás. Pensé lo mismo cuando leí el tuyo. Mucha suerte y mi voto también para esa flor de cactus.
Maria Luisa, divertido relato. Lograr la felicidad bien vale una condena.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Muchas gracias, Pilar. Me alegra que te gustara. De eso se trataba, de divertir. Igualmente besos para ti también.
Me uno a las carcajadas, jajaja.
Me gusta mucho tu inventiva.
Abrazos y suerte, guapetona!!
Te doy el voto 13, ¿no serás supersticiosa??
Muchas gracias, Towanda! Para mí es un honor que te haya gustado y te haya divertido, ésa era la intención de mi protagonista, parece que va a ser cierto que el «cactus es una verdadera e incalculable fuente de felicidad» jajajaja…Ah y no soy nada supersticiosa, llegar al voto 13 me llena de satisfacción. Como ya te dije te deseo mucha suerte a ti también, tu microrrelato sería un digno ganador. Un saludo.
María Luisa, me ha encantado tu relato. Después de leerlo no cabe más que sonreír.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Un saludo.
Muchas gracias, Javier. Ya he conseguido mi propósito a través de mi protagonista, la felicidad. Mucha suerte para ti también aunque con tu microrrelato no creo que la necesites porque es excelente.
Un saludo.
Demostrar que un cactus es la fuente de la felicidad parece un claro ejemplo de probatio diabolica. Pero lo has acreditado, María Luisa. La felicidad, ja ja ja ja, que cantaba Palito Ortega cuando yo era un bebé.
Suerte.
Muchas gracias por tu comentario, Manuel. Tus palabras, viniendo para mí, de un admirado maestro siempre son instructivas y en este caso, además, muy divertidas.
Un saludo y deseando volver a leer otro microrrelato tuyo.
Tu abogado es un fenómeno. No hicieron falta sesudos informes periciales acerca de las propiedades del cactus. Todos pudieron comprobar en sala que era una fuente de fenilalanina.
Me alegro de verte por aquí. Suerte.
Muchas gracias, Ángel. Sí,es cierto,a veces las cosas son tan evidentes que no hace falta mucho más! Ja ja ja… Te deseo mucha suerte a ti también y gracias por alegrarte de verme nuevamente por aquí, es recíproco.
Un saludo.