Imagen de perfilPoderoso caballero

Nerea Barros Domingo 

Mira que he presenciado situaciones curiosas en el despacho. Pero un litigio entre dos hermanas, empecinadas en cuidar a su madre, no es lo habitual. Ambas se deshacen en mimos con la anciana, y sospecho que tras el tono afable y la empalagosa cordialidad, no hay un fin altruista.
Propongo pactar un periodo de tiempo en casa de cada hija, pero ellas ya han hecho su elección . Pretenden mudarse al lujoso pazo de la anciana y acompañarla durante sus vacaciones en el chalet de la playa. Pero insisten en que sólo una de ellas se ocupará del «bienestar de mamá». Ante la falta de acuerdo, la progenitora les lanza una mirada de resignación. Abre el monedero, saca un euro, y lo lanza al aire mientras dice: -como siempre, en esta familia, el dinero lo soluciona todo. ¿Cara o cruz?.

 

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