Una desagradable sorpresa
Yemila Saleh Fraile · BilbaoAquella mañana se había citado con su cliente, un tipo acusado de asesinar a su prometida minutos antes de la boda. Sonaba interesante. Pero cuando abrió la puerta de su despacho, descubrió que los muebles, paredes y techo habían desaparecido; en su lugar había una pradera, un cielo azul donde brillaba el sol, y un riachuelo por el que cruzaba, en aquellos momentos, una diligencia tirada por veloces caballos. Pero no terminaron ahí los sustos, porque se escuchó el silbido de una bala y después, apareció un grupo de violentos indios persiguiendo a la diligencia. “¿Qué pasa aquí?”, preguntó indignado. Entonces, se le acercó un tipo con gafas que llevaba un cuaderno y un bolígrafo en la mano, y se lo explicó: “lo siento, pero hemos cancelado su serie, y en su lugar, hemos puesto Bonanza. No me mire así, es la ley de la audiencia, señor Perry Mason…”