De fronteras y brechas
patricia bueso izquierdoLa desigualdad de aquella situación cambiaría mi destino, dándome la oportunidad de empezar de nuevo, la primera mujer refugiada a la que atendía desde mi oficina me hizo ser consciente de lo positivo que tenía haber nacido en este lado del globo. Ella con esa mirada furtiva y esa voz hasta entonces callada, había atravesado a nado la brecha que separa su país del nuestro cruzando ese océano fronterizo, donde tantas otras palabras se habían ahogado. Por fin esa mujer había conseguido huir de la invisibilidad incierta a la que una injusta justicia le había sometido. Mientras hablaba, cerraba los ojos queriendo olvidar.Discriminar sin conocer realidades no nos lleva a nada, escuchar a las que han tenido que tomar impulso sin mirar atrás, nos conduce a todo.
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Tu personaje, de ficción pero basado en crudas realidades, cierra los ojos queriendo olvidar. Muchos de nosotros, los del otro lado del globo como bien dices, también los cerramos no queriendo ver.
No podemos llamarnos humanos, ni humanitarios, ni civilizados, cuando ni mirar queremos el drama diario que tenemos delante, no hay que irse lejos. Ya que los gobernantes, esos que nos representan, a veces parecen no tener la sensibilidad suficiente y necesaria para abordar los grandes problemas, todos deberíamos, en la medida de nuestras posibilidades, poner nuestro granito de arena, como sin duda, hace la abogada de este relato.
Un saludo, Patricia
Muchas gracias Ángel por tu comentario, totalmente acertado, no puedo estar más de acuerdo con el. Un saludo
La empatía deberíamos llevarla de serie, y tener todos los sentidos mucho más desarrollados para comprender el mundo y a los que lo habitan. Muy bien escrito. Enhorabuena y mi voto
Gracias Nicolás por tu comentario y voto.En estos momentos inciertos pensar en aquellas otras personas que siempre lo han tenido difícil espero que genere la empatía que mencionas.Un saludo
Gracias Patricia por tu relato, en el que esa mirada furtiva y esa voz callada refleja lo que es la realidad de las personas refugiadas. Con estas aportaciones quizás consigamos que todos los que hemos tenido la suerte de nacer y vivir en esta parte del mundo, nos humanicemos cada vez más. Espero que ganes!!!
Mil gracias María José por tu comentario! Como bien dices.. hay que sensibilizar para humanizarse! Saludos!
PRECIOSO!
Con muy pocas palabras has definido un montón de cosas. Son los y las grandes olvidadas tanto en sus países como en el nuestro, ya que el futuro que les espera en la «tierra prometida» es más incierto de lo que imaginan.
Me ha encantado!!