MAYTE CASTRO ALONSO

Microrrelatos publicados

  • AJUSTE DE CUENTAS

    Eran aquellos tiempos de la facultad en los que encontrar un sitio en la biblioteca era todo un privilegio. Una tarde divisé casualmente uno libre y mientras me dirigía hacia él tropecé con una chica que en su desesperación por quitármelo se metió tal tortazo que acabó en el suelo con el collar y las gafas rotas. En lugar de ayudarla la dejé allí tirada y me senté triunfalmente en aquel sillón de oro. Nunca volví a verla hasta ayer cuando entré en Sala. Lucía regia en su trono judicial. Intenté inútilmente esconderme bajo la toga para que no me reconociera y luché para que el derecho al olvido no fuera una quimera cibernética. SEÑORR LETRADO!!! ACÉRQUESE AL ESTRADO POR FAVORR!!! me dijo fríamente, y como quien camina hacia el patíbulo, me acerqué sin confianza, cabizbajo, sabiendo que iba a ser condenado justamente por aquel delito que un día cometí.

    | Febrero 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 6

  • CON LA MIEL EN LOS LABIOS

    Con motivo de las fiestas navideñas, llegó una cesta al despacho sin indicar si era para mi socio o para mí. Ninguno de los dos quiso ceder ante aquellos delicatessen que asomaban clamando su propiedad, por lo que decidimos dirimir el conflicto judicialmente. Yo sabía que el juez asignado escondía un tatuaje bajo sus puñetas así que el día del juicio me presenté con mis botas Martens recuerdo de mi agotada y rebelde juventud en un intento de crear un vínculo de complicidad. Su Señoría declaró la caducidad del recurso alegando que era Nochebuena y que la cesta debía de haberse repartido con anterioridad a ese día. La cara de decepción que se nos quedó a mi socio y a mí no fue por el fallo, sino porque el juez se llevó la reluciente cesta y nos dijo con sonrisa maliciosa que se la quedaba en depósito como medida cautelar.

    | Enero 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 3

  • EL ESPECTÁCULO DEBE CONTINUAR

    La sentencia es desestimatoria. Un fallo imposible que le fue vetado en la hoja de encargo. Cierra los ojos. La tempestad amenaza el rumbo estable en los mares de su confianza. Escucha el lamento sonoro y amargo que se pasea impío por sus emociones escondidas. Será un giro radical en su brillante carrera. La expulsión del paraíso de los invencibles. Abre los ojos. Vuelve a leer la sentencia. Del fondo de su coraza de hielo emerge una energía implacable. Aún puede apelar. Si hay algo que ha aprendido durante todos estos años es que detrás de una puerta cerrada siempre hay un atisbo de esperanza. La próxima vez ganará. El mundo del estrado no está hecho para los débiles.

    | Junio 2015
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 2

  • EL PELIGROSO RINCÓN DE LA INCERTIDUMBRE

    Una de las muchas noches que vagabundeaba por los callejones etílicos de su solitaria existencia quiso la mala suerte que fuera testigo presencial de una película no autorizada. Cuando se dio cuenta estaba rodeado de policías. En comisaría le enseñaron fotos y reconoció al autor de aquel desagradable episodio. El abogado le dijo que todo iría bien. Pero cuando llegó a su casa dos tipos lo esperaban en la puerta. Comprendió que su testimonio supondría el irrefutable decomiso de sus planes de futuro. Si alguna vez los tuvo. Los agónicos meses que precedieron al juicio lo sumieron en una insoportable indecisión sobre lo que debía hacer o no hacer. Nunca llegó a testificar. Lo encontraron atrapado en el sueño eterno de un bote de barbitúricos. Quizás la justicia divina le diera por fin la ansiada respuesta.

    | Febrero 2015
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 26

  • EL FIN CORONA LA OBRA

    Entra en la pequeña Sala con sobriedad y respeto, como lo ha hecho durante los últimos cuarenta años. El fiscal lo saluda atentamente. Son viejos amigos. Demasiados días de calendario compartido. El abogado contrario expone de forma breve y brillante su alegato. Él no se inmuta. Ya no hay nada que le sorprenda o algo a lo que tema. Su elocuencia y retórica se han convertido en sus mejores aliadas. La experiencia le ha enseñado a confiar que la justicia no es un fenómeno azaroso. Sin embargo hoy es todo distinto. Una pequeña lágrima asoma por sus ojos envejecidos. Hoy es su último día. Hoy deja la toga en el asilo de los recuerdos.

    | Enero 2015
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 11