Federico García Fernández

Microrrelatos publicados

  • DESAHUCIO

    Los habían echado de su hogar. Sin comunicarles con cuatro meses de antelación el fin del arrendamiento. Adiós. Sin tiempo para nada. Tuvieron que marcharse con lo puesto: un taparrabos tejido con hojas de parra. Y todo porque ella había dado un mal paso y había cogido lo que prohibía una pequeña cláusula del contrato: los frutos que debían preservar de aquel manzano bien visible en el centro del jardín. Pero ella pensó que todo el monte era orégano: es el riesgo de vivir en una buena zona, donde no falta de nada.
    El Propietario los había demandado y puesto de patitas en la calle. ¡A ver cómo encontraban ellos ahora un buen abogado de Derecho Divino fuera del Paraíso!

    | Octubre 2021
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